La verdad en nuestros tiempos

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Autor: Freddy Jabano

Las relaciones internacionales se han hecho cada vez más complejas, en gran parte debido a que los procesos globales se han teñido de incertidumbres mucho más allá del proceso de darle respuestas y tomar decisiones oportunas, esto hace difícil comprenderlas.

En ese contexto, la verdad es cada vez difícil de encontrar, ¿cómo saberla? Es cada vez un ejercicio complicado; por ejemplo Alex Saab, dirá su verdad para/con el Chavismo, ¿pero también con la oposición? ¿Saldrá el G4 a decir que la mitad es verdad, es decir, lo que dice sobre el Chavismo, pero que la otra, la que dice sobre ellos, no es cierta aunque tenga pruebas? Habrá entonces que navegar entre la propaganda y la desinformación de dos sectores acusándose mutuamente.

En ese contexto, necesario es entender que la mayoría de las decisiones humanas son reacciones emocionales más que actos racionales, sino no pudiéramos comprender como en este país alguien puede seguir siendo Chavista, mucho más aún como antiguos Demócratas ahora se empeñan en legitimar a Maduro, buscando articularse al gansterismo, la mafia internacional depredadora de recursos, ellos los que participan en elecciones esconden, consientes o no, su intencionalidad delictual con toques de aliños revolucionarios cuando en realidad no lo son.

En consecuencia, el ciudadano en marco de una pandemia está preso de sus propias creencias, expresadas, por ejemplo, en los chats, algunos de ellos funcionan como una secta imposibilitando el raciocinio más allá de la posición política asumida. Nos damos ánimo dándonos razones, construyendo nuestras verdades de grupo en función de nuestros propios intereses, ello se debe a que nuestras ideas están modeladas por el pensamiento grupal y la lealtad a nuestro grupo.

Si a esa realidad le agregamos el papel del poder con su capacidad para distorsionar la verdad, puesto que este quiere siempre cambiar la verdad distorsionándola hechas consignas como “Socialismo, patria o muerte” o “Chávez vive” tendremos un cóctel que actúa como la gravedad atrayendo incautos cuyo mecanismo de pensamiento es la conjetura, el descrédito la descalificación del otro, es decir queremos tirar a la basura acusándolo de ideas conspiratorias, o como sucede entre el G4 y MCM, creándole una matriz de opinión según la cual María Corina propone una invasión de EEUU.

¿Qué hacer? Lo primero es no dejarnos atrapar por una visión de mundo como la que pretende inyectarnos el alacranato (G4 +alacranes). En segundo lugar, esta cofradía maligna está estructurada para hacernos sentir ignorantes de la realidad.

Quieren hacernos sentir cómplices, silenciarnos hasta en la visión de justicia y moral diluyendo nuestra capacidad de pensamiento crítico, haciéndonos ver que la legitimidad y la confianza son corrompibles.

Por eso debemos luchar contra el silencio que quieren imponernos, debemos desnudar al político embustero construyendo verdades colectivas.